Poco queda ya que decir de la saga literaria que ha reactivado o inspirado el BDSM para miles y miles de lectores que, antes, no tenían ni idea de lo que era. La película está muy bien hecha, pocos fallos se le puede encontrar a nivel artístico, los actores no muestran esa lejanía como en las películas anteriores y han mejorado en cuanto a fotografía se refiere.
Pero eso es todo. Eso es lo que hay que destacar de la película para animar a la gente para verla. Nos ha parecido muy cursi, la novela que se «convirtió» en la novela BDSM por excelencia para millones de personas ha terminado siendo únicamente un culebrón. En esta película ha aparecido únicamente en dos ocasiones, una como método de venganza y la escena final en que ella pide ser sometida. Se ha dejado atrás el BDSM en la relación y se ha convertido, simplemente, en un método de posesión. También era de esperar; en la historia siempre se ha enfocado el BDSM como un sistema correctivo en la que la parte sumisa de algún modo (azotes, humillación…) sufre. Nunca ha disfrutado plenamente del juego. Y nunca se ha enseñado un juego positivo más allá de llevar bolas chinas a una fiesta. Porque, para nosotros, que te pongan un par de esposas y luego darle bien duro al salchichón no es BDSM. Nos ha faltado más erotismo dentro del BDSM, algo que la comunidad BDSM ha criticado mucho porque sí que la hay. El BDSM no es solo dolor, excepto para E. L. James.
Esto es todo por hoy.
Esperamos que os haya gustado.
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