En las relaciones dominante-sumiso muchas veces la intensidad de las sesiones puede ser extrema e incluso se pueden llegar a ignorar límites establecidos previamente a la sesión. Muchas personas que disfrutan del ser maltratados pueden llegar a un punto en el que el abuso ya no es placentero, esta situación puede ocasionar resentimientos o predisposición hacia el dominante por lo tanto es vital que el cuidado posterior sea incluido sin excusas en cualquier sesión BDSM.
El “aftercare” es un momento para recuperarse del desgaste físico y emocional que se pudo haber sufrido durante la sesión y es allí donde la relación dominante-sumiso se hace más fuerte debido a que incrementa el compromiso, la lealtad y la seguridad hacia el otro.
Durante una sesión BDSM se pueden evocar recuerdos o traumas que habían estado escondidos por mucho tiempo y que de repente han salido a flote, por lo tanto es vital que estas situaciones puedan ser discutidas en pareja y si es necesario buscar ayuda profesional para evitar que se convierta en un problema mayor.
El aftercare es importante tanto para el sumiso como para el dominante porque los dos están involucrados en la relación y por consiguiente los dos pueden sufrir experiencias negativas durante la sesión.
Para llevarlo a cabo se deben quitar todas las ataduras o elementos de castigo que se hayan empleado, se deben limpiar las heridas y se debe estar vestido, estos elementos le aportan al aftercare una sensación de igualdad que había sido eliminada durante la sesión. En esta parte de la sesión se deben incluir preguntas que indaguen sobre los sentimientos experimentados durante el encuentro sexual, qué fue placentero, qué no lo fue, entre otras preguntas que la pareja considere relevantes. Hay que comprender que por cuidarse de la parte sumisa tras una sesión, una Ama no pierde su papel de dominante; sino que saca su lado protector. He aquí unos ejemplos de actividades que estimulen el aftercare:
– Desatar a la parte sumisa en caso de estarlo. haya sido azotada o no, revisar el cuerpo en busca de marcas y acariciarlas, incluso besarlas. Acto seguido, en caso de necesitarlo, aplicar una pomada refrescante y acabar con un leve masaje.
– Si ha sido amordazado, darle de beber. Tener una mordaza implica un exceso de salivación al principio y sequedad posteriormente por la respiración. Un vaso de agua le aliviará.
– Como forma de agradecimiento, la parte sumisa puede darle un masaje a la parte dominante. Puede, o debe, ser al revés si ha sido una sesión de castigo.
– Si a ambos os gusta, podéis bañaros juntos y acariciaros. Nada erótico.
Lo que NO es Aftercare
Hay ocasiones en que al aplicar el aftercare desbaratamos la finalidad real de la sesión. No estamos diciendo que si se ha tenido una sesión de castigo no deba aplicarse al terminar dicha sesión. No. Yo recomiendo que primeramente se compruebe si hay heridas graves y en caso contrario no aplicar ningún tipo de alivio hasta dejar pasar un rato, así tendrá presente un rato el motivo del castigo.
Hay que tener en cuenta que existe gente que los abrazos y las caricias les incomodan, por lo que es mejor buscar alguna forma en la que ambos os sintáis cómodos, relajados y sea sinónimo de caricia-complicidad-compañerismo-amor… lo que necesitéis sentir en vuestra relación. Tampoco es muy aconsejable intentar tener un momento de aftercare si se tiene prisa, ya que rompe el momento y puede hacer sentir a alguno de los dos como un objeto sexual.
Esto es todo por hoy.
Esperamos que os haya gustado.
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