Educación Sexo

CONTROL DEL ORGASMO (y IV)

Aquí terminaremos con los ejemplos del control de orgasmo, pero hoy relacionados con una temática totalmente diferente. Si anteriormente hemos estado hablado del control de orgasmos como una forma en que apoderarnos de su placer prohibiéndolo o indicando cuándo lo permitimos, en éste caso el ejemplo es totalmente el contrario: la dominación se basará, precisamente, en lo que dentro del BDSM se llama la tortura de orgasmos.

A primera vista el nombre asusta hasta el más pintado ya que va asociado al dolor extremo, pero nada más lejos de la realidad. En cualquiera de nuestros ejemplos has de recordar que solo vosotros tenéis el control de cómo queréis realizarlo y hasta qué punto. No hay una única forma de realizarlo ni un único resultado, ésto no es como un ejercicio de matemáticas en que 3+4 siempre es 7.

¿Entonces, en qué consiste? Pues se trata de un ejercicio de estimulación continuado en que la parte sumisa disfrutará de diversos orgasmos, pudiendo llegar a la súplica por que termine ésta práctica, todo dependerá del uso que quieras asignarle. Ésta práctica va muy ligado a potenciar los orgasmos, en ambos sexos, o incluso obtener la archiconocida eyaculación femenina (o squirt).

Su objetivo, a diferencia del control de orgasmos negativos, es mostrar el poder de la parte dominante sobre los orgasmos pero permitiendo tener orgasmos. La diferencia radica en si se usa como castigo, ya que el origen suele ser una petición constante (o no) de la parte sumisa por tener orgasmos o haber tenido un orgasmo sin permiso.

Es muy habitual que para realizar esta práctica se limite a la parte sumisa, atando sus extremidades a la cama, el sofá o cualquier otro mueble para que no pueda llegar a tus manos, o el juguete que uses, para que ese placer continuado pueda terminar. El material que recomendamos usar, recordando que solo vosotros decidís sobre qué usar y qué no, puede conseguirse en cualquier tienda:

  • Cuerdas o esposas, para las extremidades y sujetarlas a la cama.
  • Esposas que fijen sus manos al collar de la parte sumisa. Permitirá estimularla hasta de pie.
  • Cuerdas, esposas o pesos para sus genitales. En el caso de los hombres potencia las sensaciones.
  • Mordaza, sobretodo las de bola.
  • Venda para los ojos
  • Lubricante estimulante, efecto calor por ejemplo. Aumentará sus ganas y sensación de pérdida de control de su cuerpo.
  • Máscara completa o capucha, le aislará visualmente de la situación, potenciando sensaciones y conciencia de sumisión.

Esto es todo por hoy. Esperamos que os haya gustado. 
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