Relatos

La Reina del Placer

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En casi todos los grupos de amigas donde hablamos de gustos sexuales, al final siempre termino siendo la viciosilla, la guarra o algo así. Todo porque soy de mente abierta para el sexo y porque tengo mi agenda de pollas y la uso cada vez que me apetece. Por ejemplo, la vez que me dió por hacer un trío con dos chicos. Fue algo así:

Después de tirar de agenda y hablar un poco sobre el tema, mis dos follamigos y yo nos vimos en el lugar donde habíamos quedado y subimos a casa de uno de ellos porque era el único sitio libre que teníamos para cumplir mi fantasía.

Nos acomodamos en la cama grande. Yo en medio y ellos a cada lado. Yo estaba en ropa interior, con mi sujetador fantasía de encajes negro y detalles con cinta roja, al igual que las braguitas. Éstas tienen la forma de tanga en hilo rojo y el resto hasta ser braguita, encaje calado y con transparencias en negro. Ellos obviamente estaban desnudos y empalmados simplemente de verme así y pensando en lo que venía. Aunque no tengo un cuerpazo de escándalo, se sacar partido a lo que tengo y despertar el morbo del que me mira.

Sentados en la cama con la espalda apoyada en la pared, ellos se miraban entre ellos y me miraban a mi. Yo enseguida agarré a cada uno por su polla y “controlaba” la situación. Les miraba a los ojos mientras les iba pajeando. Además teniéndoles agarrados es muy fácil notar cuando uno está más excitado que otro, por lo que iba compensando comiéndoles la boca o dándoles bocaditos por el pecho y abdomen para que estuvieran los dos a la par de excitados.

Pasado un rato, pasé a algo más de acción. Escogí a mi amigo que estaba en el lado derecho y le empecé a chupar la polla. Primero solo el glande. Yo le pasaba la lengua por el reborde de la cabeza. Luego aprisioné la punta de su polla con mis labios, noté su calor en mi boca. Yo levanté la mirada buscando su confirmación para seguir dándole placer. Él me miró a mi yo lo miré a él. Fui bajando poco a poco la cabeza avanzando por su polla hasta tocar su pubis con mis labios. La sensación de ahogo inundaba mi boca y garganta materializada en su polla. Sin embargo por la vagina también sentí una explosión de sensaciones, un quemazón difícil de describir, pero fue una percepción que he notado muchas veces. Mi vagina estaba lista para ser penetrada y calmar mi sed de placer.

En ese momento noté por mis caderas un roce de frío. Eran los dedos de mi otro amigo,que no pudo aguantar la presión de verme arrodillada con mi culo apoyado sobre mis propios talones y solamente ocultado por una tela casi transparente. Sus dedos se engancharon con mi braga y juntos acariciaron mis muslos recorriéndolos por completo desde la parte superior hasta casi las rodillas. Al tener las rodillas cerradas, costó un poco más que la braga se separase de mi cuerpo, en especial de mi pubis perfectamente depilado. Aunque esto no fue impedimento para que cuando noté la braga bajar, me recorriera un escalofrío que arrancó en mis labios vaginales, paso por el clítoris, vientre, estómago, endureció mis pezones y se disipó por mi pecho. Fue tan intenso que hasta la piel de la vagina se me erizó. Por suerte la lengua de mi amigo no estaba lejos y enseguida percibí ese calor húmedo tan característico de una lamida de coño, aderezada con el aire de la respiración entre las nalgas.

Mi amigo me daba sexo oral y yo seguía dándoselo a mi otro amigo. Yo no los podía ver, pero sin duda la imagen que debería estar contemplando al que yo se la estaba chupando debería ser muy morbosa para él. Sentía en mi boca como la dureza de su polla aumentaba por momentos, incluso como levantaba ligeramente el culo para poder introducirme más su polla en mi boca.

Llegó el momento de cambiar, tenía dos pollas para mi y solo estaba disfrutando de una, así que decidí girarme. Ahora era el turno de que el otro me diera placer con su boca. Por sorpresa para mi, no se centró en mi vagina, fue más a por mi ano. Eso supuso un subidón para mi. Pocas veces me han hecho un beso negro y además bien hecho, por iniciativa propia. Me relajé para dejarle vía libre a su lengua y concentrarme en la polla del otro chico. Según la sujete con la mano, estaba un poco floja, pero nada como lamer los huevos y la base del pene para devolver todo el rigor a una polla. Por no hacer diferencias, también le hice una garganta profunda, pero mi amigo apartó rápida la polla, me dijo que no, que eso era su perdición y se correría muy rápido. Le obedecí porque quería tener dos pollas duras más tiempo y exprimirlas al máximo. Les dí un respiro a los dos. Terminé de quitarme la poca ropa que llevaba. Les dije que se pusieran los dos juntos y me arrodille ante ellos. Quería comer dos pollas a la vez. Aproveché la braguita que me había quitado para jugar con sus pollas. La pasaba de una a otra, los acariciaba con ella. Metí una polla por cada agujero de las piernas y con mi mano por encima de los encajes, les masturbé a los dos a la vez. Abrí mi boca todo lo que pude y ellos hicieron lo propio, intentar meter su polla en mi boca. Los dos a la vez. En los vídeos porno parece más fácil, pero no es sencillo comer dos pollas a la vez. Al menos para mi, no fue tan sencillo.

Les comí la polla a los dos hasta que empezó a dolerme el cuello. Por otro lado, ardía en deseos de sentirlas en mi interior. Les dije de comenzar poco a poco. Así que me subí encima de uno de ellos a horcajadas y yo misma sujeté su polla para encaminarla hacia mi interior. Él no hacía nada, yo iba dejando caer mi peso sobre su polla. Mis entrañas se abrían y abrazaban su polla. Cada centímetro que entraba era un punto más de placer,  eso y el saber que el otro estaba con una gran erección viendo como follábamos. No voy a negar que el punto exhibicionista era una carga de morbo importante, sumado sin duda al ruido de estar pajeándose y los susurros de deseos de tenerme a su merced. En cuanto logré sentarme sobre el otro, empecé a mover mis caderas hacia adelante y hacia atrás. Yo ya cabalgaba a lomos del placer, nunca mejor dicho.

Varios botes después, decidí darme la vuelta sin sacarme la polla, estando de cuclillas. El que tenía la polla dentro de mí, se volvió loco y me pidió que diera más vueltas y siguiera haciendo eso, incluso se le escapó algún que otro azote en mi culo. Me sentí su juguete sexual, pero no podía resistirme al placer que estaba sintiendo. Incluso los azotes más que dolor era un golpe de placer que recorría mis nalgas. El otro chico viéndome tan caliente, enseguida supo cómo ayudarme. Se acercó y me puso la polla en la boca. Yo se la chupe un par de veces y rápidamente me estiré para poder colocarme su polla bien lubricada entre mis pechos. En ese momento, cada bote que daba era doble placer, primero en mi coño, y luego para mi amigo que tenía su polla entre mis tetas.

Volví a decirles que se cambiaran, porque en el fondo un trío es así, ir intercambiándose para poder follar con los dos, sin que sea una follada por turnos. Esto se que puede parecer muy tonto y solo otra chica me entenderá, pero la sensación de salir una polla y entrar la otra es muy excitante. Se nota perfectamente la diferencia de una otra. Por suerte para mi, la segunda era más venosa y ese relieve cuando ya estas caliente es justo el punto que te vuelve loca. Lógicamente a este me lo follé con más energía y un poco más salvaje. El otro chico no se quedó parado. Mientras cabalgaba se acercó a mi y volvió a darme placer oral, otro beso negro, bueno, intentaba serlo, porque yo no paraba de moverme y se lo ponía un poco más complicado. Él solo acertaba a darme algún que otro lametazo, hasta que me percaté de lo que quería. Me quede sentada sobre mi amigo, cara a cara. Tenía una polla que parecía hecha a medida para mi vagina, ni muy grande ni muy pequeña, grosor suficiente para abrir al entrar, pero sin llegar a ser molesta ni tener que dilatar en exceso. Por detrás, una lengua torbellino dispuesta a buscar el placer por cualquier lugar. Solo me faltaba una cosa, masturbarme clitorialmente. Era el momento y el lugar oportuno para hacerlo. Pasé mis manos por los labios del chico que tenía delante, él sacó la lengua y me los chupó. Lo siguiente que hice fue llevarme esa misma mano a mi clítoris y empecé a masturbarme. El placer me invadía por todas las vías posibles. Ahora si que estaba disfrutando en todos los sentidos del trío. Llegué hasta uno de mis mejores orgasmos de toda la vida. Ellos se sorprendieron un poco por la situación, admito que no me corté ni una chispa en sentir el orgasmo y narrarlo de viva voz, tanto que mi inconsciente me traicionó y dije en voz alta que quería una doble penetración. Justo después del orgasmo y de pronunciar esas palabras en voz alta, el chico del beso negro empezó a introducirme dedos por el culo.

He hecho sexo anal antes y estoy acostumbrada, pero es cierto que con el calentón que tenía y el orgasmo que acaba de tener, estaba totalmente predispuesta.

Me fui colocando mejor, echándome sobre el otro chico para levantar un poco más el culo y que fuera más fácil que me la metiera. Solo notar la punta por el agujero ya se apoderó de mí el morbo, teniendo el coño ocupado se nota más cuando se produce otra penetración. El anal es totalmente distinto, se cruzan sensaciones. El punto máximo de estar las dos pollas introducidas a la vez y completas es un poco molesto. Hay un pequeño dolor interno, en las entrañas, al menos yo lo sentí así. Sin embargo, es ese dolor que aun siendo molesto, tiene un punto de placer increíble. Una vez mi cuerpo se acostumbró les fui pidiendo más caña a los dos. Tardaron un poco en sincronizarse en el ritmo de follarme y en que mientras uno la metía el otro la sacara, pero alcanzado esa compenetración entre ellos para conmigo, las puertas del placer se abrieron ante mí. Tanto o más que mis agujeros. Era un engranaje completo de placer, no bajaba la intensidad ni un solo segundo. Cada vez más y más. Mi cuerpo volvió a encontrarse de frente contra el placer, placer vaginal y anal combinado. Hasta ese cosquilleo acariciado que es el escurrir del sudor que recorría mi cuerpo, me generaban placer. Los orgasmos llegaron uno a continuación de otro. Una cascada de placer. En mi recuerdo llegado este punto hay un pequeño vacío, una laguna como la que dejamos en la cama entre los tres. El siguiente recuerdo que tengo es de los tres completamente agotados en la cama y mis agujeros inferiores liberando la tensión y la carga que han recibido durante todo el rato.

Esto es todo por hoy.
Esperamos que os haya gustado. 
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firmagrey

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