En 1677 el científico y comerciante holandés Anton van Leeuwenhoek desarrolló un pequeño microscopio personal para la inspección de calidad de las telas con las que comerciaba y que mejoraba mucho las lupas que se utilizaban hasta entonces. Para probar su juguetito ponía todo tipo de muestras en la cabeza de un alfiler que conseguía aumentar hasta 200 veces. Como cualquier científico curioso, no dudó en probar también todos sus fluidos corporales. Al poner parte de su semen observó horrorizado como “unos pequeños animalillos” nadaban en el jugo vital.
Cuando hizo el informe para la Royal Society no dudó en destacar que el semen utilizado eran las ‘sobras’ de una relación marital, no de la masturbación. Era la primera vez que se veían en directo espermatozoides y tenía que justificarse.
Desde la experiencia de Anton van Leeuwenhoek toda la información vinculada a los fluidos producidos por el aparato reproductor masculino ha estado rodeada de grandes dosis de desinformación.
Sabías que…
- Una universidad de Irlanda comprobó que el ADN del esperma de los diabéticos afecta la fertilidad de quienes sufren este mal.
- En Florencia (Italia) existe un servicio de repartición de semen a domicilio con un banco privado que lleva a las futuras madres catálogos de sus candidatos. Semen a la carta.
- Con una muestra de semen se puede detectar el cáncer de próstata, según investigadores de la Universidad de Copenhague (Dinamarca).
- Hay expertos que defienden que es sano y muy beneficioso tragar el semen, por lo que ha de hacerse con una frecuencia de al menos dos veces por semana
- Los guerreros de la tribu Lobi (de Burkina faso y Costa de Marfil) se encomiendan anualmente a la ‘Ceremonia de la Vida’. Cavan unos pequeños agujeros en sus cultivos donde introducen sus penes hasta eyacular y fecundar en comunidad la tierra madre para que no falten las cosechas. En otras masturbaciones colectivas recolectan el maná suficiente que esparcirán más tarde por el río local para que tampoco falte la pesca.
- La tribu de los Sambia, de Papúa Nueva Guinea. Para ellos el semen es la fuente de toda vida y masculinidad. A la edad de 7 años los niños son apartados de sus madres para cultivar su masculinidad. Este entrenamiento consiste en practicar felaciones a otros adolescentes de la tribu para poder alimentar su ‘tingu’ inmaduro, un supuesto órgano interno que enmascara su identidad sexual y que está seco en edades tempranas. Con el tiempo y con la práctica estos niños maduran y van desarrollando sus cuerpos y sus ‘tingus’ hasta convertirse en hombres gracias a la ingestión del semen de sus semejantes. Para ellos la naturaleza les da la razón.
- Durante la Primera Guerra Mundial los servicios secretos británicos utilizaban el semen para mandar mensajes cifrados a sus infiltrados en el enemigo.
- Hace poco, científicos de las universidades de Harvard y Johns Hopkins consiguieron almacenar un petabyte de información binaria en un milímetro cúbico de semen. En realidad, lo que hicieron estos científicos es vender la capacidad de la codificación del ADN como vector de información binaria y hacerla más ‘comercial’ al público usando el líquido masculino.
- Una comunidad que basa su credo en la ‘semantología’, la ingestión sexual de los fluidos sexuales como vía para alcanzar la salvación. Sin desperdicio.
Esto es todo por hoy.
Esperamos que os haya gustado.
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