Actualmente el sexo está viviendo una nueva revolución, eso es innegable. Las nuevas tecnologías y las redes sociales están haciendo que disfrutemos de nuestros cuerpos de una forma insospechada hace unos años, pese a la aparición de Netflix y plataformas similares que, según estudios, provoca justamente que haya menos relaciones íntimas entre los seres humanos.
En Internet se puede observar el gran interés y la versatilidad de los juguetes a distancia manejados por el móvil. Las redes sociales abundan con las experiencias satisfactorias vividas pero ciertos internautas llevaban tiempo alertados por el resigo que eso supone y que poco a poco esa duda se hace cierta: a éstos juguetes, les faltan seguridad.
Seguramente pensaréis que esto es mentira, que se trata de una APP que está en mi dispositivo móvil al cuál solo yo y/o mi pareja de forma consensuada tiene acceso. La verdad es que este tipo de juguetes, tienen lagunas de seguridad o mejor dicho aspectos que los convierten en una puerta de entrada a nuestra privacidad y seguridad personal. Una pequeña muestra de ello es la charla que se mantuvo en «El Hormiguero» la semana pasada ante una comunicación de Panda Antivirus, pero de lo que ya advirtió meses atrás «Clarín«.
Desde el boom del Satisfyer, o del CellMate, durante la pandemia se han padecido numerosos ciberataques, en los que se han dejado a la luz los graves problemas de seguridad que éstos suponen. No decimos que éstos juguetes no se puedan usar ni dicho problema se arregle en un futuro, sino que actualmente hay que plantearse un poco más hasta qué punto queremos usar la accesibilidad que nos ofrecen.
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